El León y los Burros
Quienes tenemos la suerte de trabajar en el mercado de servicios de alta tecnología o de aplicaciones científicas conocemos cuán reducido es el grupo de profesionales de alto nivel disponibles para ser contratados en el mercado peruano। Muchos de los jóvenes que hoy se integran al mercado laboral vienen con un nivel formativo muy pobre desde las universidades del Estado. Así no se puede llegar lejos. Hay que ir afuera y comparar lo que sabe un egresado en Chile, Costa Rica, Europa o Israel y lo que sabe uno en Perú, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Ello explica por qué hay dos países en uno a la hora del crecimiento de nuestra economía. Ello explica además por qué un Chávez puede gobernar Venezuela o cualquiera de sus marionetas lo hace en los países más míseros de América Latina, como son Bolivia, Ecuador y Nicaragua, o casi lo hicieron en países como Perú o México. Aquí no hay excusas: o nos educamos o seguimos incrementando el número de burros y todo lo avanzado será revertido cuando un populista seduzca la debilidad intelectual de nuestros burros. ¿Cómo pedirle a un Estado causante de tanta pobreza educativa subsanarla? El Estado no tiene una política clara en materia educativa. De hecho, si la tiene, no es muy conocida. Así como hay Agua Para Todos, debiéramos proponernos Educación Para Todos. El haber dado un par de buenos golpes al SUTEP es sólo una victoria política. De modo alguno constituye un avance en Educación. Este diario se ha caracterizado –y muchas de sus portadas así lo han expuesto– por ser muy crítico en destacar que para ser alumno en las universidades públicas basta una nota desaprobatoria de 09 ó 06, según el caso, y las puertas de San Marcos u otras casas de estudios se abren de par en par a los muchachos. Encima de ello con educación subsidiada. Con 500 años encima, San Marcos ya debería ser la mejor universidad peruana o regional. No lo es ni está próxima a serlo. Sobre este deslumbrante perfil universitario llega el reciente contrapunto entre León Trahtemberg y una universidad nacional. En este caso, esta última, enredada en su incompetencia, respondió al primero con adjetivos y no con argumentos acerca de su conocida y clara posición respecto de la educación universitaria pública. Ese tipo de respuestas nos hacen ver que los burros llegan inclusive a la administración de nuestras universidades. Esta disputa entre el león y los burros, más allá de su carácter episódico, desnuda por completo el principal escollo para que el Perú sea el país que todos queremos y uno en que todos nos incluyamos. En una frase: falta de educación. En Educación, el señor Trahtemberg es un lujo en nuestro medio. Atacarlo a él sin discutir sobre sus ideas no sólo desnuda la pequeñez de quienes representan a la universidad pública. Nos hace quedar mal a todos. Un paso adelante en Educación será el quedarse callado cuando no se tiene nada que decir y no gastar dinero del presupuesto universitario en comunicados que no comunican nada ni hacernos sentir a los contribuyentes que nuestros impuestos van a pagar sueldos de burros que ocupan cargos que les quedan grandes.
Como lo escribí en el mensaje anterior, la UNMSM a través de una carta notarial enviada por el rector, aclara todas las consideraciones de este “columnista” El diario hasta hoy no ha respondido ¿Por qué?