sábado, 30 de mayo de 2009

El eterno vigilante y la jaula de hierro




Mi madre mira tras la ventana y bebe café a pequeños sorbos। Pronto llegará el invierno, el café es solo la antesala। Ese tibio aroma, inconfundible olor de madre, de casa, de nosotros, se suspende frágil y tímido। Papá lo percibe y ,de algún modo, también bebe café।El sonido de las páginas del diario capitalino es todo cuanto se oye, ruido característico del hermetismo disimulado. No tan disimulado aquí, claro. Escondido bajo unos lentes gruesos, y acostado sobre el sillón verde, que por curiosidades de la vida forma parte de él, de su personalidad, está mi padre.-Adolfo…- murmura mamá, pero su voz aun no logra alcanzarlo, tal vez no fue esa la intención. . Sus labios delgados recitan versos cargados de pasado, que no es más en sí mismo, pasado enajenado en presente, y a veces también en futuro. Ahora la oigo cantar, y mi corazón vibra como excitado. Gracias mamá, perfumas mi alma ¿Alguien más te oirá? A lo mejor…Llegó el invierno, la estación que nos descubre, que nos imita. Nos sentimos desenmascarados, teatrizados, nos avergüenza y nos ruborizamos. El tiempo de la lluvia y de las flores ha pasado. Es extraño, pero también nos molestaba ¿Por qué? Quién sabe…Quizás por desarmonizar tanto. Un mundo tan ajeno no se consigue apreciar, tal vez por eso.La neblina se expande como bocanadas de humo gris y espeso que nos esconde en un abrazo fuerte pero frío.¿Cuándo fue que comenzó? ¿Es que hubo un comienzo? No lo sé, todo parece tan reciente y a la vez distante, se hace difícil distinguir. Los desencuentros, las conversaciones vacías, las respuestas sin significado, nos convirtieron en débiles sombras que a la luz del sol desaparecen. Hubo algo en nosotros que se atrofió, algo que por desgracia perdimos y creemos no encontrar jamás. Nuestra esencia, lo que hace que seamos lo que somos, en nosotros se traduce en un “no somos”, no podemos ser más. Renunciamos a nosotros mismos, a nuestra forma, y hoy pagamos las consecuencias de ese vil artificialismo, de esa alquimia degenerada.Perdimos la batalla, no fue posible resistir. El enemigo abstracto me sonríe descaradamente, es esa su manera de declarar como propio todo con lo que aquí tropieza. La gran la maquina externa hoy demarca territorio, y escoge al eterno vigilante: papá.Es esta nuestra jaula
.Todo está milimetrado, nada sucede sin ser previsto o controlado. ¿Existen más jaulas? - Me pregunto a menudo- ¿Será que todo sigue hoy el mismo proceso? Quisiera creer que no, que aun las acciones pueden ser triviales y circunstanciales, que es posible reír, bailar o cantar espontáneamente, que no existen lógicas absolutistas que gobiernen las acciones más subjetivas, más humanas. Intento pensar que alguien vendrá y abrirá mi jaula.Papá deja el sillón y se dirige hacia mí ¿Por qué? Me descubrió, pensar en esto es demasiado libertad, libertad que no es posible dentro de la jaula ¿Qué debo hacer? Mi miedo empieza a borrar lo poco que quedo de mí.

4 comentarios:

Nadies dijo...

El dictador sin duda empieza por casa: la familia que lo acompaña es sumisa e inofensiva. El país no es tan diferente, al menos antes de darse cuenta.

La vanagloria del poder doméstico es un bastión tristísimo de la necesidad de sentirnos importantes.

Saludos.

Amarilis dijo...

Pues sí, el enemigo abstracto está presente en todas las instituciones.Vivimos en una especie de jaula, tal vez no tan diferente a la Weber.
¡Libertad para pensar,razonar,criticar,cambiar y cuestionar!
Alguien abrirá la jaula(o mejor, lo haremos nosotros) claro que sí.
Gracias Leo por el comentario, saludos.

Nadies dijo...

Ya lo dijo el gran filósofo Bob Marley: La revolución está en las mentes.

MoiZés AZÄÑA dijo...

Que continúe marchando, que no lo borre.

Azaña Ortega