viernes, 7 de noviembre de 2008

Conflictos en el comedor




Conflictos en el comedor

Puesto que mi terrible horario me lo permitía, decidí, sin motivación previa, más bien por una especie de desánimo, dirigirme a nuestro muy bien acondicionado “Comedor Universitario”. Esperar, es ése el mayor problema, y una de las principales razones por las cuales no acostumbro hacer uso de ese servicio. Mas aquel día, empujada por una fuerza extraña, me dirigí hacia él.Para variar, la cola (fila de espera) era kilométrica .Algún día descubriré a que hora se debe llagar para ser el primero, ¿será que la fila se forma inmediatamente después del desayuno?, sin embargo, no reparé en ella y me ubiqué donde me correspondía.Pasó 1 hora y quizás más minutos, en situaciones como esas se suele perder el sentido del tiempo, es especialmente interesante ese estadio, quizás fue ese el motivo que me llevó hasta ahí.Llegó el momento, por fin mi turno, me apresuré a buscar el carné, faltaba muy poco .Derrepente, visualizo a una joven emo (quiero decir, joven de características muy peculiares) la veo acercarse a mí, y al instante me hace la pregunta más desconcertante que alguien pudiera hacerme en ese momento:
- Su número- lo primero que se me vino a la cabeza fue ¿Qué número? ¿Qué intenta peguntarme? Después de un momento volvió a decir: –“su número”. Bueno, en ese instante, recordé los sabios consejos de mis amigos: “Cuando no conozcas o no sepas algo, es mejor preguntar” .Así lo hice.-¡Si usted hubiera estado en la fila, tendría un número! –respondió de modo enérgico. La respuesta, fue para mí aun más desconcertante, estuve confundida durante un lapso reducido de tiempo, pero luego expuse mis filosóficos y muy acertados argumentos (¿algo debía decir, no?).-¡He estado aquí durante más de una hora y nadie me dio ningún número! ¡No sé de que me estas hablando! –Lo dije con un tono algo molesto.Grande fue mi sorpresa, cuando la muchacha en cuestión, lanza una mirada desafiante y pregunta al joven que se encontraba delante:
- Su número- el joven contesta:
-34 - y luego al de atrás:
- Su número- el joven responde:
-35.
Concluye con un gesto de quien acaba de develar un gran acontecimiento. No supe que decir, en principio, porque no entendía que era lo que en realidad había sucedido. Al parecer era la única “sin número” de aquella fila, para mi suerte.-¡No la cuentes!-fue lo que le dijo al encargado de registrar a los comensales.No negaré que mis impulsos violentos se manifestaron, un vivo deseo de actuar de otro modo, no hubiera sido mucho que esperar, sin embargo, apelé al estoicismo que me envolvía al principio, respiré y me fui.En muchas ocasiones, es recomendable abandonar algunas batallas (por favor, que no se malinterprete), intento decir, que en algunos casos es más inteligente una retirada, no sólo cuando no poseemos los argumentos sólidos que nos respalden, sino también cuando sabemos que la otra parte no cederá, y que el único modo de “ganar” es una acción violenta. Definitivamente en los casos trascendentales, es de suma importancia que se “luche hasta quemar el último cartucho”, pero las situaciones sin mayor importancia, ¿es necesario?

7 comentarios:

Nadies dijo...

Un gran problema, sí :( A mi no me ha pasado, pero he visto a otras personas que sí. Es muy triste e injusto :(

Amarilis dijo...

Yo no sabía que daban un número
:( Ahora que lo pienso, creo saber qué fue lo que sucedió.Probablemente el grupo de chicos que estaba en la fila se retiró después de recibir su número, por lo que no me ubiqué donde debía. Lo único que me reconfortó, fue que hubo quien se solidarizara conmigo.
Me da gusto recibir tu comentario, siempre será bienvenido :)

Huber Gonzalo Cieza Bazán dijo...

Me a gustado la manera "maña" de contar la historia, Muy bueno. Pasaré más seguido.

Julián Carax dijo...

Realmente de tantos conflictos lo del comedor es una crisis, que no importa si uno es convicto o si tiene tisis, porque de tanto esperar, si también no es por gusanear se acaba "re-mal" (muy mal)... y eso que yo voy a comer frecuentemente,pero hay que ser demente para no darse cuenta o darse la vuelta inútilmente buscando sitio, y al final decir : sí que ésta es una muerte, "una muerte... lenta"

Julián Carax dijo...

me agradó como lo contaste... tanto que te he leído todo mi tiempo en las máquinas de la central...( la biblioteca)--->

Amarilis dijo...

:O! Pues me da gusto que te gustara.Esto lo escribí por petición de mi profesora de Lengua ¡Como ama los conflictos! y yo, claro, soy la reina de ellos, jaja.

Julián Carax dijo...

La reina de los conflictos??jaja...y eso por qué?? creas conflictos o los resuelves?? o ambas cosas??
---> me encanta tu blog( aunque te lo deben decir a kd momnto y s un poco trillada la frase...es la verdad!!tngo curiosidad sobre los "bosquejos" de cuentos que haces...de seguro q son prometedores...pero hasta q los lea..."un misterio"

--->R.R.G