domingo, 14 de diciembre de 2008

San Marcos, donde todo puede pasar

Ingresar a San Marcos fue desde siempre una meta en mi vida। Formar parte de esta insigne institución, casa de estudios de grandes personajes de la historia de nuestro de país, además del prestigio académico que ostenta, fueron las razones que me llevaron a confiar en San Marcos mi educación superior। A puertas de terminar el primer año, intento hacer un balance de todos los acontecimientos que, de un modo u otro, marcaron mi corta estadía en esta institución. ¿Cambió la favorable percepción que tenía de la universidad? ¿Las expectativas que tuve al comenzar el año fueron colmadas?

Este año ha sido, sin duda, uno de los más agitados, esto en el aspecto político। Bastaría en recordar las constantes movilizaciones (tanto internas como externas) en contra del By Pass ( bautizado por algunos estudiantes como:”El tema del verano”)। El afán modernizador de nuestro impopular alcalde, despertó encendidas pasiones en toda la masa estudiantil। El compromiso por defender el territorio universitario, se convirtió en la principal preocupación de muchos compañeros। Los “cachimbos” fueron quizá los más entusiastas, y también los más proclives en aceptar y saludar las medidas tomadas por los gremios. ¿Qué opinión me merecen los dirigentes políticos? ¿Qué puedo decir sobre ellos? No negaré que mi primera impresión fue desfavorable. Al encontrarlos poco seguros y enredados en sus discursos, intuí cierto peligro, pues su posición como “líderes” encargados de dirigir las prácticas políticas de la facultad, no garantizaba seguridad. Al formar parte de las reuniones, ser testigo del modo como estaban organizados y de las medidas por las que se mostraban a favor, comprendí que el ser más crítica y desconfiada me permitiría tener una visión más clara de todos los asuntos que se vieron involucrados.Los comicios electorales llevados a cabo en plena tormenta política, fue otro triste acontecimiento. Los desubicados nuevos estudiantes, vimos con escepticismo la pugna entre dos grupos: Los candidatos a ocupar cargos políticos, y los que se mostraban en desacuerdo que, en esa coyuntura, se llevara a cado dicho proceso. Además de ser mudos testigos del enfrentamiento interno, nos vimos obligados (el no votar supone una multa) de elegir a nuestros representantes (que por cierto no conocíamos). ¿Qué es la Asamblea Universitaria? ¿Qué es el Consejo de Facultad? ¿Por quién piensas votar? Eran preguntas comunes entre el estudiantado. Para culminar con ese desafortunado capítulo de mi vida universitaria, debo decir que jamás creí que se recurriría a personajes como: Winnie Pooh, Meteoro y hasta de un popular grupo de cumbia para conseguir votos. Grande fue mi sorpresa al no distinguir entre el campus universitario de un circo cualquiera. ¿Qué sucede con la vida política de la universidad? ¿Será que las artimañas de campaña de los partidos nuevos y tradicionales se han convertido en paradigmas a seguir? Esas son cuestiones que deben ser tomadas en cuenta.
La falta de presupuesto ha sido otra de las grandes dificultades que hemos tenido que afrontar। Como es de conocimiento general, somos una de las pocas facultades que no cobra matrícula। ¿Es suficiente el dinero que se destina para el mantenimiento y la investigación? ¿Será que se hace necesaria una contribución por concepto de matrícula? El Estado solo contribuye con el 60% del presupuesto de nuestra universidad, el 40% restante debe ser cubierto con recursos propios. Esta lamentable realidad-que al parecer será aún más crítica el año próximo- nos obliga a tomar cartas en el asunto. No podemos seguir aceptando esta situación .Esperar una mejora, en el contexto descrito, no hará más que retardar una solución. ¿Las movilizaciones serán la única vía? Es totalmente legítimo que protestemos ante ese atropello, pero eso no debe restringir nuestra participación. Al proponer un pago, no creo ir en contra de la gratuidad de la educación pública, no soy seguidora de Martha Hildebrandt. Tomemos como ejemplo a nuestros vecinos de la Facultad de Administración, quienes haciendo gala de su nombre, han llegado a administrar muy bien sus recursos, lo que se evidencia en el especial cuidado de sus instalaciones y el dinero disponible con el que cuentan para la investigación. ¿Quién no se ha quejado del deplorable estado de los baños? ¿Alguien recuerda cuando fue editada la última edición de la revista de los estudiantes de ciencias sociales?

Al margen de toda esta cadena de sucesos desafortunados, debo decir que, en el aspecto académico, este año ha sido especialmente fructífero। Mi evolución intelectual es notable। Mi principal expectativa fue la de recibir una educación de calidad, conocer compañeros y futuros colegas con conciencia crítica, y de los cuales me fuera posible aprender। Además de tener una visión mucho más amplia de lo que significa ser “científico social”, mi formación teórica introductoria de lo social, puede ser considerada sólida. Esto gracias a los profesores de Introducción ¡Cómo olvidar a Dunia Amparo Samamé Quispe y todas sus separatas de globalización! Además a Manuel Dammert Ego Aguirre, encargado de impartirnos el curso de Introducción a la Sociología. Recuerdo que el primer día de clases nos vio, sonrió graciosamente y dijo: “¿Todos ustedes van a ser sociólogos?” Su gran interés por promover una primera aproximación a la investigación sociológica merece ser aplaudida.
La gran fortaleza sanmarquina, no reside en el espacio físico, es decir, el lo sofisticado y moderno de sus instalaciones. Es la suma de integrantes que la compone, la que ha garantizado y, seguirá garantizando, su destacado desenvolvimiento en todas las áreas del saber

2 comentarios:

Nadies dijo...

San Marcos es el Perú chiquito. Percy Galindo, autor de la última novela ganadora del premio copé, en una clase y en su calidad de invitado, nos dijo que desde hace mucho tiempo los antiguos san marquinos sabían que aquel que resolviera los problemas de San Marcos solucionaría los problemas del Perú.

Ya ves como estamos. Estar en San Marcos es estar en todo el Perú.

Amarilis dijo...

¡Totalmente de acuerdo! ¿Quién será el que solucione los problemas de San Marcos? ¿Será que tenemos que esperarlo sentados? :P