jueves, 31 de julio de 2008

Un cuento que se escribe y luego se olvida 


Quiero salir, lo deseo tanto. El aire aquí se esta condensando, además ha adquirido una extraña fetidez. Las paredes parecen hombres ebrios con tantos balanceos, el piso parece quebrarse a cada paso que doy, y siento miedo de ello, por eso me mantengo quieta. A veces me pregunto: ¿Por qué sigo aquí? ¿Qué fuerza extraña y malévola me impide abrir esa puerta y simplemente salir?
Oigo un ruido en la puerta, ha de ser alguna sombra…
Me acercaré a la ventana y miraré, lo hago siempre. Es increíble todo lo que logro ver. Los árboles danzan al ritmo del discurso perdido de la noche. Danzan los árboles, danza el viento y hasta las piedras, parecen desafiar su inercia. Quisiera danzar yo también ¿Por qué no lo hago? ¡Ah! No he oído el discurso…lastima digo, y lo repito.
He roto el espejo, ha impactado sobre el suelo, ahora esta dividido en un sinfín de piezas, unas grandes, otras pequeñas, y algunas diminutas, pero todas son iguales al fin. Cogeré el trozo mas grande, ¡ay! Me cortó. Una gota roja se desliza sobre su superficie y luego, finalmente cae. Ya no es igual al resto.
Esta casa ruinosa se parece a mí, o tal vez soy yo parte de la casa o quizás la casa misma. No hay modo de saberlo.
Las sombras han vuelto a deambular por las calles, no quiero verlas, tampoco oírlas, sus inconstantes figuras me perturban. No habrán de aproximarse mucho, lo sé y me alegra, si hay algo que me encanta de esta casa, es que mantiene alejadas a las sombras.
¡Ya es de día! Lo sé porque la casa esta más oscura, aquí es así. También el tiempo corre (de un modo distinto, claro, pero corre) mas rápido o más lento, no lo se.
Oigo melodías, esta casa posee las suyas propias ¡Ja! Recuerdo que antes creía que eran solo sonidos. ¿Antes? ¿Cuándo fue antes? Sí, el tiempo corre, pero no hay antes ni después…
¿Qué pasa? Esto no suele ocurrir. ¡Hoy todo acabará! Las paredes se caen, no es parte del balanceo, ¡se caen! Las ventanas… ¡Se han roto! Debo salir, es hora de hacerlo, llegó la hora, pronto, seré sombra. No hay puerta, tampoco ventana, ni paredes, solo debo salir y ser libre.
¡Rayos! No me encuentro… ¿Dónde estoy? ¡Rayos! No era parte de la casa, soy la casa misma.

1 comentario:

Nadies dijo...

Si al final quisiste sorprender, pues lo has conseguido.

Sigue escribiendo :D